Nos “avisaron” hace unas semanas
que no habría más Reformas Laborales porque la última es impecable y está dando
el resultado esperado. Esto es: una economía que no se acaba de
recuperar porque no aumenta la demanda, unas cifras de paro de casi 5
millones, altas en la seguridad social que crecen sólo la mitad que
el número de contratos, convenios colectivos que pierden su
vigencia, precariedad, peores condiciones de trabajo, salarios
menores... En denitiva “Un éxito”
Pero como
nos tienen más que acostumbrados, han vuelto a mentir. Guindos dijo
que “lo peor ha pasado y que la economía está en un “cambio de
ciclo” (25/julio). Después vinieron las cifras del paro y los
contratos de verano unidos a un informe sobre las consecuencias de la
reforma laboral de 2012. Informe nada realista y con muchos juicios
de valor y opiniones que olvida dar detalles de la debilidad e
inestabilidad de nuestro mercado laboral. Y llegó en BCE, el FMI y la CE con sus anuncios apocalípticos y dieron alas
a la CEOE. Con perspectivas mucho más negativas sobre España que el
Ministro de Guindos, basadas en la nada, apunta a una bajada
del 10% para los salarios que hay que decir que ya han bajado lo
suficiente, junto con el número de personas que ni siquiera lo
tienen.
El viernes en el Consejo de Ministros,
se llevó a cabo una nueva Reforma Laboral revestida de mejora
técnica. Sin pasar por el diálogo social, puro estilo PP, y debido
a la extraordinaria y urgente necesidad de las modificaciones
normativas (sic) vuelve a reforzar el poder empresarial,
aumenta el desequilibrio en las relaciones laborales que la
reforma impulsó y facilita los despidos. Apuntala el
despido como la primera opción a través de dos vías
complementarias: la decisión empresarial primará sobre la propia
autoridad administrativa y sobre la tutela judicial de los despidos,
al restringir los casos de nulidad de los ERE ( supone la
reincorporación de la plantilla a sus puestos de trabajo), y limita
la representación y el control sindical de las decisiones
empresariales. Además se favorece a las multinacionales que están
exentas de presentar las cuentas consolidadas del grupo, salvo que la
matriz esté en España.
Al parecer la Reforma Laboral era
impecable, “salvo alguna cosa”. Reformas a escondidas, revestidas
de una urgencia y necesidad previsiblemente inconstitucional, con
nuevas vueltas de tuerca en favor de los de siempre, obviando el
diálogo social y la obligada buena fe en las relaciones laborales, y debilitando a la
representación sindical y a los trabajadores que ellos entienden
sólo como factor de producción.
Entonces llega la Comisión Europea y
da una opinión personal de apoyo al FMI, que propone bajada de
salarios del 10%. En este caso y para no ser tan negativa daré un
punto a favor del Fondo. Por lo menos ha dicho que se llegue a un acuerdo con
los Sindicatos ya que al parecer los trabajadores españoles asumirían este "sacrificio" Y ya como fin de fiesta entra en escena la CEOE que anuncia Reformas Necesarias, o en román paladino, más contratos a
tiempo parcial con aumento de las horas complementarias, flexibilidad salarial y por supuesto autonomía empresarial en las condiciones de empleo . Esto unido a
la petición de más deterioro de la negociación colectiva nos
llevaría a unos trabajadores con efectivos minijobs pero a plena
disposición del empresario para tener la jornada de trabajo a disposición. Esclavismo.
Una puesta en práctica de libro de la Teoría
del shock. Quienes vamos a mesas de negociación lo vemos constantemente. Un duro golpe de entrada: la necesidad
de rebajar costes para evitar el cierre, el ERE, el cese de la
actividad, la prestación del servicio o la privatización. Salvo que
la solidaridad de los trabajadores implique la “salvación” de
algunos de sus compañeros o de todos los puestos de trabajo. Paternalismo. Para
eso, bajada de salarios generalizada o bajada de jornada.
¿Cómo resistirse al chantaje? Es
necesario mucho esfuerzo colectivo, cifras, estudio de la situación,
aportación de alternativas, a veces imaginación, apoyo y refuerzo
de la representación de los trabajadores y unos interlocutores con
las orejas abiertas a otras opciones que no sea la destrucción, por
la destrucción. Igual en lo micro que en lo macro: buena fe en la
negociación, objetivo de crecimiento y que la empresa no actúe sólo
con avaricia y codicia.
Es más que probable que en septiembre seamos víctimas de nuevos Reales Decretos, que tanto gustan a Rajoy, que vengan a darle nuevas armas a la CEOE para someter las relaciones del trabajo y nuestras condiciones de empleo a su única voluntad.
Gibraltar o Carromero pueden ser cortinas de humo para tapar la
vergüenza de los indultos en Marruecos, lo de Bárcenas o los
salarios en directo del marido de Cospedal. Pero no podemos entrar en
su juego del despiste veraniego y pasar por alto estos nuevos ataques
al empleo y a los trabajadores.
Ah! y además está la delación. Ese buzón para que denunciemos cuando sepamos de "finiquitos en diferido" en "simulaciones de contrato. Nos quieren pobres, chivatos y esclavos.
No queríamos los minijobs cuando en esto aparecen los contratos "Cero Horas"
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