domingo, 4 de agosto de 2013

La sociedad del desprecio

Llegó ayer a mis manos una denuncia. Alguien que identifican como asesor del Partido Popular de Dos Hermanas colgaba en su perfil de Facebook unas pautas para que los empresarios pudieran sacar mayor beneficio de la producción de sus empresas a través de una correcta selección del personal. Hasta ahí todo normal. Es el contenido de las 5 medidas lo escalofriante. Una apología de la discriminación, y de la constante sospecha a los trabajadores. Propio del “Que se jodan” de la señora de Güemes y heredera de Fabra.
Mucho ha hecho la caverna mediática de este país y sus directores de orquesta para que los sindicatos de clase y de izquierdas estén en entredicho, eso vende. Es una literatura fácil, de pronta construcción y seguimiento simple y sencillo. En esta “campaña informativa” se cierra el círculo despreciando a los trabajadores y tratándolos como a delincuentes, vagos, mentirosos... Al fin y al cabo sólo es un elemento de producción, un factor al que hay reducir el gasto que conlleva.
Pura ideología. Los trabajadores en este país tienen derechos (cada vez menos) amparados por leyes
igual que sus representantes. Pero además existen las leyes que a todos nos amparan, la Constitución. La Igualdad, la no discriminación por razón de ideología, ni pertenencia a partido o sindicato es algo que debe ser respetado.
Pero algo ocurre cuando hay personas que se creen en situación de no respetar estos principios básicos de convivencia si no les viene bien. Es el desprecio a todo lo inoportuno que les separa de la riqueza, o de sus objetivos. La cultura de todo vale si es de mi interés. Y de esto tiene mucha culpa quienes nos gobiernan y lo que trasmiten. Si algo se interpone en mi camino, lo puedo cambiar si es que estuviera en mi mano elaborando leyes ad hoc, o simplemente lo freno, paralizo o liquido, así, a golpe de indulto por ejemplo, o de alargamiento de procesos judiciales hasta la prescripción.
Las Reformas Laborales van, una detrás de otra, a limitar derechos adquiridos por los trabajadores, van menguando las garantías de estos frente al empresario. Las garantías están ahí para evitar abusos de quien es más fuerte que tú. Por eso la persecución a los sindicatos.
Esta persecución sin tregua no es sólo ideológica y social, que también y mucho. Los sindicatos en la empresa somos el colectivo que nos refuerza ante la patronal, por eso las garantías a los representantes de los trabajadores, por ser quienes ponen cara a las reivindicaciones de los trabajadores y a las denuncias. Por eso a los sindicalistas no nos quieren, salvo que seas más patronal que la empresa... conocemos casos.
Más temporalidad, caída generalizada de los salarios y deterioro de condiciones de trabajo, lo que se viene llamando “flexibilidad interna” se considera un éxito por Gobierno y Empresarios, pero aún quieren más. Quieren que seamos tratados como un factor de producción más. La crisis que nos ocupa es una excusa para imponer una contrarreforma en el modelo de relaciones laborales que de todo el poder a las empresas y deteriore la capacidad de la negociación colectiva. Unas reformas para el momento de crisis económica, con una fuerte base ideológica y que tendrá consecuencias duraderas y estructurales. 

Pero esto es agenda oculta, evidente, pero oculta. Salvo para “memos” como este que venden barbaridades por facebook, que le hacen el juego sucio a empresarios carroñeros cuando él probablemente sea un autónomo en crisis que piensa que así, a lo bestia, va a conseguir más clientes. Una última reseña a la campaña. En el final del texto hay una frase que produce escalofríos “Empresario, ¡colabora!” ¿Colabora? ¿A qué se refiere?¿No contrates rojos ni sindicalistas?, colabora con nosotros a.. ¿Su exterminio? ¿Liquidación?
El entorno social y político en el que vivimos hace a muchos despreciar situaciones y colectivos con argumentos a veces fascistas, pero sin duda falsos y demagógicos. Estamos dentro de una niebla en la que parece que todo puede tener un uso partidista e interesado. Con nuestros salarios cada vez más bajos se va pagando a empresas, mientras que el coste que se ahorra eliminando servicios y con nuestros impuestos se financia una y otra vez a los bancos. Las mentiras tienen el mismo o más valor que las verdades y todo vale si es por “Por el deber”. Esto va impregnando conciencias y contagiándose de unos a otros si comprobamos que nada pasa, nada malo, muy al contrario. Robar, tener dinero en Suiza, cobrar sobresueldos prohibidos por leyes de incompatibilidades, tener Ferraris de paradero desconocido en el garaje, usar de forma fraudulenta fondos públicos, y un largo etcétera que no tienen castigo.
Hoy leía un artículo de Ana Pastor “Paradero Desconocido”. Y hay mucha relación entre la situación que ella describe y esta.  
«¿En qué momento el ser humano decide cruzar la línea y mimetizarse con el ambiente, por muy podrido que esté? »
@Enelreves

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