Que Dalí era de derechas, lo era y mucho.
Como Ortega y Gasset, como Manolete, Marañón, Cela o Norma Duval. Apoyó la dictadura y admiró a Franco política y humanamente.
Con motivo del asesinato de Lorca escribió “En la guerra civil la gente no se mataba siquiera por las ideas sino por razones personales, por razones de personalidad; y, como yo, Lorca tenía personalidad de sobra y, con ella, mejor derecho que la mayoría de los españoles a ser fusilado por españoles. El sentido trágico de la vida que poseía Lorca se distinguía por la misma constante trágica porque se distingue el destino de todo el pueblo español”,
Esta simpatía por la dictadura y el dictador incluso hay quien la justifica con frases complejas y basándose en el surrealismo del genio. Mezclando lo onírico, la realidad paradójica y unas cuantas tesis estrambóticas más. Lo cierto es que se definía como anarco-monárquico y opinaba que sólo un dictador o un rey podía poner orden a la anarquía de este país.
Ese era Dalí, un genio, divino, delirante, obsesivo, un loco engreído que le hizo la cobra a Lorca en más de una ocasión, de familia de izquierdas y ateos, eso sí, muy ricos. Las notarías son las notarías, ayer y hoy.
Y también está Madrid, que tiene calles y una de ellas lleva su nombre y han dicho por ahí que se lo quieren quitar. ¿Por qué? Pues la peregrina razón es la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Lo que viene siendo una barbaridad. Lo que combate la Ley es toda exaltación de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura, en el convencimiento de que los ciudadanos tienen derecho a que así sea, a que los símbolos públicos sean ocasión de encuentro y no de enfrentamiento, ofensa o agravio. Pues eso, demencial.
Sucesos-El Mundo |
Los artistas de los muñecos nunca debieron entrar en prisión, su delito ha sido denunciar unas prácticas policiales "ficticias", una situación social de violencia y cómo algunos utilizan a ETA como amenaza constante y como excusa para aplastar cualquier movimiento contrario o disidencia. ETA y sus víctimas siempre a mano para su uso y abuso. Si te ofende la obra es tu opción, como la suya es hacer teatro.
Una obra de arte tras otra de los medios. La última obra de arte de la manipulación ha sido sacar el bulo de la lista de calles del "franquismo" para apretarle las tuercas a la Carmena antisistema. La teoría que han intentado vender: la izquierda de la libertad, que pide respeto a la ficción y el arte entiende que no se puede mantener el nombre de Dalí a una calle por simpatizar con Franco mientras defienden que un artista de izquierdas no debe ser criminalizado por la ficción, porque eso es propio de una dictadura.Una paradoja de laboratorio y con claro interés de perjudicar y ensuciar.
Los artistas ya en libertad, Dalí con su calle y la caverna cada vez está más llena.
@enelreves
Foto: Salvador San Vicente
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