Esperanza Aguirre ha vuelto, y lo ha hecho, no
sé si para quedarse, pero es seguro que lo ha hecho porque se quiere
quedar... con todo.
Y cómo no, ha llegado haciéndose oir. En el interno del PP empiezan a
sonar voces que discrepan. Unas por cómo (no) se está llevando el
asunto de la financiación irregular del partido, otras lo hacen por
el trato de favor que recibió el Señor de las tres demandas, muchas
por el proyecto de ley de Reforma de las Administraciones Locales o
por la vuelta al sometimiento que supondría para la mujer la ley del
Aborto.
Pero quiero fijar mi atención ahora en
Aguirre. Ella discrepa sobre toda la política del PP, así, en general. Su
argumento estrella es que no se está ejecutando el programa
electoral y hasta ahí no puedo por más que estar de acuerdo. Pero
ella pone el énfasis en los impuestos. Quiere a toda costa que bajen
los impuestos, sobre todo los “suyos”, los que gravan el
patrimonio, las sucesiones y donaciones. No habla de las Sicav, ni de
cuentas en Suiza, ni de fraude y cómo combatirlo. Quien tiene
dinero quiere más dinero, eso es así y es así como se hacen las fortunas.
Su segundo punto de discrepancia está
en lo público. Quiere la Condesa consorte, a toda costa, que se adelgacen las
administraciones, eliminar o privatizar servicios que presta el
Estado. En el marco de su teoría ultraliberal es lógico, menos
ingresos/menos gastos. A un estado social ella lo llama
paternalista y un estado perfecto es aquel que maneje menos dinero, porque el dinero
debe estar en otras manos. Y desde luego en Madrid ella lo llevaba y
se sigue llevando este mandamiento a rajatabla.
Los principales objetivos de este empuje
privatizador son la sanidad y la educación. Servicios que todos los
ciudadanos necesitan, somos más de 40 millones de usuarios que
pasaríamos a ser clientes. Y aquí hay negocio, mucho negocio.
Por la prensa se nos abre una ventana para
ver las tripas de su sistema. Aparecen papeles, cuadernos escritos a
mano que rebelan que hay sobres, sueldos, sobresueldos, pagos
diferidos y simulados, inmorales, ilegales y prescritos. Ingresos y
gastos anotados con método escrupuloso de un contable con puñetas y
plumín. Dinero, mucho dinero. Empresas que pagan al PP
¿para? Y dinero que el PP paga a los suyos por la “penosidad”
de la jornada y las funciones.
El Roto |
La policía ha hablado para decir que
los papeles son ciertos y que ha identificado a los donantes,
donantes liberales, claro.. Y uno de ellos no es otro que el Sr. de
Cospedal, Ignacio Javier
López del Hierro
relacionado con Metrovacesa y Constructora Continental, SA. Bonita historia de amor. Las
aportaciones y donaciones (como dice una amiga mía, donar es de
buena gente) al partido se hacían a través de personas físicas
relacionadas con empresas que antes o después contrataban con las
administraciones dirigidas por el PP. OHL, SyF, FCC, Sando.... Para Wyoming escomo un rasca y gana, pero no te hace falta ni rascar. Un señor en
cuestión dona al PP por ejemplo 165.000€ y su empresa recibe
contratos de obras por valor de 4.132 millones de €. Ya sea para
obra como el caso de la construcción de los Hospitales de la
Comunidad de Madrid o para gestionar servicios privatizados de las
Comunidades Autónomas, el estado o los Ayuntamientos. El dinero
circula. De las empresas al PP y del PP a los del PP y de nuestros bolsillos a las empresas donantes.
Todo cuadra. El Estado no debe tener
recursos. No se deben prestar servicios públicos de forma general y así al tun tun, hay que adelgazar las administraciones y el estado del bienestar. No podemos ser todos iguales.
Para prestar servicios, para gestionar educación, dependencia, para
la obra pública, para eso están las empresas ya sean laicas o
religiosas. Es ahí donde debe estar el dinero. En pocas manos
y a ser posible las suyas. Un círculo vicioso que lleva el dinero de
las empresas al partido, del partido a los que dirigen el partido que
son altos cargos en las administraciones y de estas administraciones
que dirige el partido de vuelta a las empresas. Por supuesto con
familiares, amigos, conocidos, socios e interpuestas como
intermediarios y beneficiarios. ¿A quién le interesa que el Partido
Popular esté en el Gobierno?
Esta es la ideología liberal del Partido Popular.
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