domingo, 12 de mayo de 2013

Volvemos a perder las mujeres


Gallardón se está saliendo por la derecha en su postura machista. Está empecinado en una Reforma de la Ley del aborto que traspasaría la frontera de 1985, cosa que ni siquiera Aznar se atrevió a hacer. Pasar a una Ley de supuestos y eliminar el de malformación del feto. Él va más allá, habla de minusvalía del concebido.
En el estado que sueña Gallardón se defiende con uñas y dientes el derecho a nacer, pero nada se dice de vivir dignamente.
Dentro del partido (y fuera somos legión) hay cabreadxs. Celia Villalobos se exaspera cuando el Ministro de Interior relaciona aborto y terrorismo y cuando la Diputada Beatriz Escudero, en un acto de ToniCantonismo dice que las mujeres que abortan están menos preparadas.
Sin datos fiables, dijo que las mujeres sin estudios abortan más que las universitarias, y criticó a los proabortistas por defender los embriones de cefalópodos y de vacas y caballos porque sufren y no hacer lo mismo con los embriones humanos. Alfonso Alonso y Hernando no apoyan a Gallardón en esta cruzada y no se ha oído ni leído apoyo alguno por parte de Cospedal, Mato, Báñez o Saénz de Santamaría.


Los discursos más encendidos se producen entre quienes apoyan al Ministro. No hemos escuchado entre los populares la misma apasionada defensa a favor de ayudas a personas dependientes ni tan siquiera cuando se deja de atender a enfermos graves o terminales debido al deterioro de las prestaciones sanitarias. Para los populares, embriones y fetos son personas, pero dependientes y enfermos ¿no? ¿O la protección se acaba cuando sale del cuerpo de la mujer? Quizás esto nos lleve a pensar que no es al feto a quien se quiere proteger, que es a la mujer a la que se quiere someter.



La Iglesia pide, como siempre lo ha hecho en nuestro país, que lo que ellos entienden por pecado se convierta en delito y controlar a la mujer, sus decisiones y su cuerpo a través del “progesista” ministro que por supuesto se está dejando. Sr. Ministro, señores curas, si no quieren abortar, no lo hagan. Y nosotras ya decidiremos qué hacer.

Hay quien se pregunta: ¿Y si esto no fuera más que una cortina de humo? Que la intención sea sólo desviar parte del debate social a esta cuestión para aparcar en cierta forma el deterioro que nuestro país está padeciendo, para no hablar del crecimiento de la pobreza entre los que ya vivmos aquí, de los dramas cotidianos de los ciudadanos que ya existimos, de la incapacidad del gobierno para sacarnos del pozo, para no hablar de paro, de deuda, de corrupción de la que tanto saben y que tanto callan, de deterioro democrático, de desigualdad... en fin, para no hablar de fracaso del Gobierno.

Preparar el futuro, movilizar al núcleo duro del electorado popular, recuperar las raíces católicas y afianzar bien el apoyo de la iglesia.

De paso un poquito más de machismo y de desigualdad. Es ideología.

“Cuando esas feministas vuelvan a estar en su casa, educando a sus hijos y cuidando de sus familias, nos lo agradecerán...la sociedad será mejor, no se producirán tantos fracasos matrimoniales, los jóvenes dejarán de descarriarse, las familias volverán a corresponderse con los modelos tradicionales e incluso se reactivará el empleo.” J. Arenas El Mundo 16/3/12

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