No queremos ser los músicos del Titanic

Los ataques a la política y al sindicalismo, la propaganda del menos es más está marcando tendencia. Se destripan sin razonamientos a movimientos sociales o plataformas y a sus cabezas visibles. Eso vende.
Hablamos y hablamos que algo se rompe en nuestra sociedad. Se distancian ciudadanía y política y hay una sensación casi universal de alejamiento con las instituciones. Puede que debido en gran parte a nuestra inclinación a generalizar y al abatimiento
sufrido por los golpes propinados desde 2010; también por las noticias diarias de que muchos han vivido por encima de nuestras posibilidades durante mucho, mucho tiempo. Y además, si nos fijamos, la campaña antipolítica puede venir desde la derecha o desde la izquierda.
El año pasado conseguimos, aquí, en Andalucía parar la marea azul y el pueblo dijo que era de izquierdas, plural, pero mayoritariamente de izquierdas y Arenas no consiguió bajar la pancarta del balcón en la que quizás ponía “Arenas, presidente”.

 

25 marzo 2012

De esto hace más de un año. Yo por mi parte fui defensora del pacto de izquierdas para evitar que en Andalucía entrara la derecha. 

Habitaba el Partido Popular, sin pudor, en la nube de victoria de las Municipales y las Generales. Viví en primera persona cómo políticos provinciales y municipales del Partido Popular ya tenían el mapa del poder en sus cuadernos azules. Contaban sin sonrojarse, a meses y semanas de las elecciones qué harían con qué cuando ganaran, dónde se colocaría cada uno y sobre todo, como desmantelarían los servicios públicos regionales. 

Pero los andaluces le dijimos que no y Psoe y Iu firmaron un “contrato social y político” de gobierno, origen de las leyes que se están abordando en el Parlamento Andaluz. Moncloa mientras aprobaba Reformas Laborales y Montoro trabajaba al dictado de la Troika sobre el déficit. En mayo de 2012 se decretó por la Junta una batería de medidas de ajuste, llámese Recortes si conviene, que con el nombre de “Plan económico-financiero de reequilibrio de la Junta de Andalucía” aplicaban medidas bajo el texto en negrita de recomposición interna del gasto y entre esas medidas estaban entre otras bajar el salario, los derechos y el empleo en las administraciones y entes del sector público andaluz. Eso no era lo hablado.
Ahora, dentro de la ejecución de ese plan de recortes, toca eliminar la paga extraordinaria de junio en las nóminas dependientes de la Junta de Andalucía, en diciembre se hará lo propio, a la vez que se sigue bajando el empleo con el deterioro de los servicios públicos que supone (oficinas de empleo, docentes, sanitarios...). ¿La excusa? La misma que en el caso de los recortes del gobierno central. No soy yo, yo no quiero, me obligan los de arriba, el déficit hay que bajarlo, todos tenemos que hacer un esfuerzo, etc, etc.

Y si bien es cierto que algo se mueve hacia la izquierda no es menos cierto que volvemos a pagar los de siempre. Y puede que genere cierto desapego y mucha incomprensión. Complejo de ser los músicos del Titanic. 
En estas, por UNANIMIDAD y con muchísima torpeza, a mediados del mes pasado se aprueba por los tres partidos presentes en el Parlamento Andaluz un aumento de las retribuciones en concepto de alojamiento y manutención tanto del presidente de la cámara como de los portavoces adjuntos de los grupos políticos. Con esta medida, Gracia pasaba de unos ingresos mensuales de 6.596 euros a 6.957 euros. Los portavoces adjuntos (cuatro por el PSOE y el PP y uno por IU) ganaban 2.000 euros más al mes.

De la aprobación de esta subida nada había salido a la luz, y salió a la prensa una vez ya acordada. En el tiempo ha coincidido esta noticia con el debate político del Anteproyecto de la ley de Transparencia. Paradojas de la vida.
Qué importante es la conexión entre sociedad y política. Somos muchos quienes nos damos la enhorabuena por ser capaces de frenar la avalancha de gaviotas que se nos echaba encima. Somos multitud quienes a pesar de que las noticias siguen viniendo de Gürteles, Bárcenas, Eres, Corinas, bodas, cubatas a tres euros y mentiras; creemos que la sociedad va unida a la política y que lo que mejor nos sienta es la Democracia; defendemos a capa y espada la participación, aunque quizás la ley Electoral necesite retoques; creemos que la sociedad va dando respuestas a los ataques y las afrentas con mareas, plataformas y fuerzas sociales. Militamos y trabajamos donde creemos que somos más útiles para defender los derechos y las personas. Y para eso es importante empatía y entendimiento automático por parte de quienes pueden y tienen que dar respuesta a nuestras inquietudes y necesidades.
Es muy importante rectificar, decir “Nos hemos equivocado”, pero mientras que para algunos los errores (o delitos), las mentiras o el fraude electoral no suponen apenas desgaste,

para quienes creemos que necesitamos cambiar la sociedad todos los gestos son importantes. Más papistas que el papa, vale.
Y para que eso sea así el político, el sindicalista y el que hace y vota informes debe ponerse en todo momento en lugar de quien está en la calle, de la sociedad ...de los demás.
Un consejo: si notas que te inunda la responsabilidad y el sentido de estado como a Zapatero, si ves que no puedes hacer otra cosa por lo que sea, antes de ir contra la sociedad o antes de tomar decisiones contrarias a tus creencias o tu ideología, si no vas a estar a la altura de lo que representas; cuenta hasta mil y si aún así no se te pasa, vete. 

Puede darse el caso de que ni siquiera seas consciente de que vives en otro mundo que no es el del resto de la gente, en ese caso que quienes te rodean te abran la puerta. No tenemos oportunidades que perder ni más recursos que desperdiciar.
No podemos permitirnos el lujo de pasar mucho tiempo dando explicaciones de lo que hacemos o de por qué damos marcha atrás. Las circunstancias no lo permiten.
¿Repensarnos? Sí, pero sin dejar de actuar y pensando en lo que nos rodea. Conexión constante entre partes.

SINCRONIZACIÓN (del griego συν (sýn), "unido" y χρόνος (chrónos), "tiempo"

@Enelreves