jueves, 29 de enero de 2015

La Revolución ¿era esto?

La falta de mujeres en el gobierno de Grecia ha sido atacado y criticado desde la derecha y desde la izquierda. Que ha tenido defensores en la derecha, lo podemos entender dentro de lo normal, pero y en ¿la izquierda?.  Hay justificaciones imposibles y barrocas para llegar a conclusiones conformistas,
llenas de excusas infumables, son los menos malos y argumentaciones que intentan no caer en el machismo más grotesco por venir de la "progresía" como hace Sáenz de Ugarte.
Otra forma de hacer política es posible. Ilusión. Sí se puede! Then we take Berlin. Guerra a los recortes que crean desigualdad.  Muerte a la prima de riesgo que asfixia. Golpe de ideología a los poderes que nos gobiernan y a los que no hemos elegidos. Todo esto y mucho más, esperanza y un éxito que marca el cambio en Europa, un mundo mejor en marcha. Todo esto estaba en el aire la noche del domingo cuando Alexis Tsipras, de 40 años de edad, líder de la Coalición de la Izquierda Radical griega ganó abrumadoramente las elecciones generales de su país. Las ganó porque sus compatriotas están hartos de ser golpeados en los derechos y libertades para satisfacer la avaricia de algunos. La desigualdad y la pobreza crece y para combatirla se elige a la izquierda, llamada radical.
¿Cuántas izquierdas hay?  ¿Cuántas etiquetas pueden tener? ¿Anarquismo, socialismo, troskismo, marxismo, maoísmo, socialdemocracia? Pero todas ellas tienen en su definición una base, un objetivo común al que cada una de esas izquierdas entiende que se llega con unos métodos distintos. Todas ellas buscan la igualdad social. ¿Hay más de una igualdad? Pues no, eso no.
Ser iguales no es tener el mismo trato, sino ser tratados para llegar a ser iguales. Y ahí es dónde Syriza ha defraudado. No hay Revolución si se excluye de entrada a la mitad de la población para conseguirla. Preguntas fáciles con respuestas obvias. ¿No hay mujeres valientes, de izquierdas, comprometidas y con conocimientos en Grecia? Sí, pero las eligen para la segunda fila. Dicen que al fin y al cabo Syriza es la fuerza que lleva más mujeres en sus listas. Insuficiente. Ellas deben estar en la proporción que les corresponde. Hay mujeres en contra de los recortes, fijo. Pero no van a estar de cara a la sociedad, sino en el lugar que siempre nos han dado. Atrás, trabajando sin ser vistas mientras ellos dirigen la política en la pole position. Eso es discriminatorio.
Decepcionadas y dolidas, desilusionadas cuando menos. Poco duró la alegría de creer en un nuevo orden. ¿Cómo van a dar ese cambio radical que han prometido si no han sido capaces (o no han querido) cambiar lo básico en igualdad? ¿Cómo podrán rehacer la democracia excluyéndonos de la toma de decisiones?. Cuando hay que recortar, donde sea, siempre pagamos nosotras. En Grecia mujeres y jóvenes soportan en mayor porcentaje el paro, ellas suponen un 52% de la población y se las ha relegado a galeras, a remar.
No da igual si hay mujeres y hombres sino que lo hagan bien. No es correcto. Volvemos la pregunta al revés. ¿Por qué pensamos que lo van a hacer bien sólo por ser hombres? No es necesario elegir una opción u otra, eso es una falsa paradoja.
Hay partidos de izquierda en nuestro país que critican en voz baja, en un susurro, que no haya mujeres en un grupo de 12 personas que dirigirá Grecia. Hombres y mujeres de esos partidos que insisten en justificar lo injustificable, que se esfuerzan por señalar lo que les une a Syriza y que la "gente" está con el líder porque el miedo ha cambiado de bando. Que es sólo circunstancial la exclusión de la primera línea de las mujeres, que buscan y rebuscan dónde está la apuesta real por la igualdad en el partido "radical". Excusando que es gerundio. Parcheando lo realidad.
Estas fueron las palabras de Tsipras "Grecia pasa página. Sin austeridad, libre de los dictados de la troika, con dignidad, contra la desigualdad..."Y tiene razón, no hay cambio desde la desigualdad, tampoco en su gobierno, porque debe ser un principio insobornable para cualquier dirigente de izquierdas y es un compromiso que no puede ser soslayado ni esquivado. En el diseño de esta crisis no hemos estado las mujeres, pero queremos participar en la salida. Sin apostar por la igualdad, no habrá revolución. Porque los hombres no lo pueden hacer solos, al margen del 50% de la sociedad.

@enelreves

Imagen cabecera: Cintia Gálvez

Vídeos:
La Sexta: Playlist de la victoria Syriza



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